Hasta el mes de abril la industria aceitera nacional ha procesado 896.275 toneladas, una mejora del 19% con relación al mismo periodo del año pasado, pero unas 70 mil toneladas por debajo del promedio a abril de los últimos tres años, informó la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO).
El informativo gremial, correspondiente a abril, destaca que en el 2021 (y en menor medida en el 2020), los primeros meses del año estuvieron marcados por el retraso del inicio de la cosecha debido a situaciones climáticas adversas, con lo cual las comparaciones pueden reflejar una situación positiva que realmente no existe.
Acota que el quiebre en la cosecha de soja, de más del 60%, generó una situación todavía más compleja a una industria aceitera que ya viene de 3 años consecutivos con reducción en el volumen de molienda, y que cerraría este 2022 con el cuarto año seguido en ese rumbo.
En las condiciones actuales, se estima que en las últimas semanas de este semestre se agote el stock de materias primas para el procesamiento en las industrias nacionales, lo que obligará a que las mismas se vean forzadas a parar sus operaciones, con el consecuente impacto negativo que podría tener en el empleo, advierte el gremio.
Utilización industrial sube. Al cierre del mes de abril la molienda acumulada anual de soja llegó a 875.556 toneladas, una mejoría de cerca de 140 mil toneladas en comparación al mismo periodo del 2021, lo que representa un aprovechamiento de la capacidad nominal del 57%, con una mejora de 2 puntos porcentuales en relación al mes pasado.
La Cappro acota que si contrastamos este porcentaje con el que se había registrado en el primer cuatrimestre del año pasado podemos encontrar una mejoría de 9 puntos porcentuales, pero por debajo del promedio de los últimos años para este periodo.
Con la reciente aprobación del régimen de admisión temporaria para soja, vía Decreto N° 7051/2022, se abre una posibilidad de reducir el tiempo en que las fábricas dejen de operar en este año, aunque todavía está pendiente la reglamentación de este Decreto para que las empresas puedan iniciar las gestiones necesarias para intentar abastecerse del extranjero.
Divisas por soja cayeron. En el primer cuatrimestre del año los productos del complejo soja han generado divisas por un valor de US$ 1.078,91 millones, una caída del 14% en comparación al mismo periodo del 2021 y del 6% con relación al promedio para los primeros cuatro meses en los últimos tres años.
Con esto, la exportación de soja y sus derivados industrializados representaron el 36% del valor generado por la venta al extranjero de bienes, 3 puntos porcentuales menos que lo conseguido a abril del 2021.
Esta reducción se explica principalmente por el menor volumen de salida de soja en estado natural, en línea con la reducción de la cosecha, aunque una mejoría de los precios de exportación alivió un poco esta situación (la caída en toneladas fue del 44%, mientras que en valor fue de solo el 32%). Por su parte, la exportación de derivados industriales de la soja mejoró hasta abril, tanto en volumen como en ingresos.
Caída en volumen. Hasta el mes de abril se han enviado al exterior un poco más de 1,93 millones de toneladas de granos, aceite, harina y cascarilla de soja, volumen que representa una reducción del 32% si se compara con lo conseguido en el mismo periodo del 2021, resultado que se va acercando cada vez más a lo que cabría esperar considerando la caída en la producción agrícola.
Con este registro, el bajón de este año se convierte en el peor desde la última gran sequía que afectó a la producción agrícola del país, en el 2012, cuando se había exportado en el primer cuatrimestre unas 1,58 millones de toneladas de productos del complejo soja. Esta situación tendería a mantenerse en los próximos meses del año, considerando que ya son muy limitados los volúmenes disponibles para envíos al exterior, tanto en forma de granos como de productos industrializados.
Los problemas logísticos que han afectado en los últimos años se mantienen en este contexto tan complejo de menor producción agrícola, con la imposibilidad de navegar por el Río Paraná, los problemas de navegación en el Paraguay, los conflictos en el tránsito terrestre local y los problemas en cruces fronterizos.
Las últimas estimaciones dan cuenta de una buena expectativa en la producción de cereales, por lo que será clave que se siga trabajando entre el sector público y el privado para mejorar las condiciones logísticas en la medida de lo posible, de modo a aumentar la competitividad de nuestros productos.