Con este título, la periodista y economista, Roberta Paffaro, del Chicago Mercantile Exchange (CME) Group, compartió el escenario actual del mercado global de soja en la segunda jornada del Congreso Mercosoja 2022. Este evento está organizado por Embrapa y se lleva a cabo en Foz de Iguazú, Brasil, hasta el 19 de mayo.
La especialista comenzó su disertación comentando que la Bolsa de Chicago comercializa entre 200 y 300 mil contratos por día y cada contrato tiene 136 toneladas de soja. En este contexto, Brasil superó a Estados Unidos y es el principal productor de soja y su destino más importante es China.
“La soja tiene importancia para la economía y la negociación. Todo el mundo compra fertilizante y sabe cuántos quintales de soja debe pagar para eso, es un lenguaje para el productor. La negociación se adapta al mercado”, expresó Roberta Paffaro, del Chicago Mercantile Exchange (CME) Group.
En cuanto al precio, depende del mercado, los fundamentos y qué pasará con la guerra en Ucrania. “Hay varios puntos para analizar”. La evolución del precio tiene que ver con la utilización de la producción de la soja. Hay mucha volatilidad en el mercado, no solo en la soja sino en todos los mercados commodities, que están en un superciclo, ya que existe shock en la oferta o la demanda, lo cual se refleja en el precio. “En la pandemia, el consumo tuvo una caída, la alimentación se hizo en casa, los restaurantes cerraron. La demanda cayó y la oferta de producción también para poder adaptarse”, destacó.
Luego describió el mercado en los últimos años citando que en 2008 y 2009, en la crisis de Estados Unidos que impactó en la economía mundial con recesión, el consumo fue menor y la producción fue más alta, porque se comenzó a hablar de los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) que tendrían un crecimiento muy grande hasta 2050 y una gran necesidad de alimentos. En ese momento China comenzó a consumir más. En esa época de crisis y recesión de la economía, hubo una producción mayor y los precios fueron subiendo por esa demanda de China.
El rol de China. En el mercado mundial de soja, China es el mayor comprador, y adquiere casi el 80% de la soja brasileña. Entonces, surge una pregunta: ¿Por qué este país, siendo un gran productor de maíz y trigo, no puede ser autosuficiente?
“China pasó una hambruna muy grande y están preocupados por la seguridad alimentaria porque están lejos de todo y quieren garantizarle a la población que no pasarán hambre y el maíz y el trigo son la base de la alimentación”. Además, destacó que hay un crecimiento de la población urbana que genera cambios en toda la economía y en los hábitos de consumo. “Por ello, China está promoviendo el crecimiento del área de soja en su país y la incorporación de mejores semillas y en tecnologías de producción.”
“China se aprovisiona de soja porque está asustada con el reflejo de la guerra en Ucrania. Este conflicto genera alertas en la seguridad alimentaria”.
¿Qué pasa en Estados Unidos? La especialista indicó que la Bolsa de Chicago hizo una encuesta con la Universidad de Purdue a 400 productores en el cinturón agrícola sobre perspectivas, acerca del presente de la economía agrícola de este país, las perspectivas y el futuro, con el objetivo de conocer el ánimo para hacer inversiones en innovación, nuevas tecnologías, etc.
“El ánimo de productor norteamericano para hacer cualquier tipo de inversión está en el punto más bajo desde 2016, porque no tienen dinero. Nunca tuvieron inflación en Estados Unidos y ahora la tienen. El gobierno de Trump subsidió mucho a los productores en la pelea con China. Ahora no tienen ese subsidio y se están recuperando de la pandemia también”.
Mercado y demanda. El mercado comenzó a producir más porque China demandó más, y se empezó a invertir más en mejorar la productividad y a mirar cómo exportar más de una manera económica.
“Con la pandemia hubo un cambio muy grande en términos de producción y la gente comenzó a prestar más atención a la alimentación. La soja orgánica está creciendo bastante y en la Bolsa de Chicago se está estudiando, porque no hay ninguna previsión de un contrato de futuro para tener una referencia de precio”, agregó Paffaro.
En Estados Unidos está creciendo bastante la demanda de soja orgánica y los productores se están adaptando. En 2021 se certificaron 9,1 millones de hectáreas para producir maíz y soja. Eso representa un crecimiento del 123% desde 2008. Además, la importación de granos orgánicos se duplicó en los últimos 5 años.
Claves del sector. La disertante se preguntó si entonces, ¿tendremos que producir soja orgánica? ¿será un nuevo mercado?
“Deberíamos mirar lo que pasa en Estados Unidos y en Europa también es una tendencia. Se habla de seguridad alimentaria, sustentabilidad con una certificación y que el productor sea remunerado por ese servicio ambiental. El mundo está en una transición y por esta razón hay muchas innovaciones y demandas nuevas surgiendo y hay que ver cómo nos vamos a reinventar y lo que vamos a recibir por eso. Hay que buscar un camino”.
Cuando se habla de seguridad alimentaria hay varios puntos. China está buscando protegerse como reflejo de la guerra en Ucrania. Estados Unidos y Europa se comprometieron a disminuir las emisiones gases de efecto invernadero.
La demanda interna de aceite de soja para biocombustibles en los Estados Unidos aumentó un 20%. Europa está en la transición hacia los autos eléctricos y necesitan litio. La Bolsa de Chicago ya lanzó un contrato de futuro de litio.
En referencia a cuáles van a ser los nuevos mercados de la soja, colocó al Oriente Medio con el cual se establecerán nuevas relaciones empresariales, teniendo en cuenta los aspectos de diversidad y seguramente África.
“La soja es un lenguaje universal y nunca como ahora enfrenta tantos desafíos”, concluyó en su presentación Roberta Paffaro, del Chicago Mercantile Exchange (CME) Group.