En los comentarios finales del último Informe Mensual de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO) se refiere la importancia del sector agroindustrial en las exportaciones, situación que podría ser mejor aprovechada con un cambio en las condiciones operativas y comerciales.
El volumen total de granos, aceite, harina y cascarilla de soja exportados a noviembre del 2021 superó levemente los 8,46 millones de toneladas, una reducción del 6% en la comparación interanual, aunque bastante en línea con el promedio de los últimos tres años.
El boletín gremial refiere que los diferentes inconvenientes que han generado retrasos en el ritmo de salida (principalmente en el de la soja en estado natural) a lo largo del año llevan a que se mantengan niveles relativamente elevados de exportación incluso en estos últimos meses del año, periodo en el que habitualmente son los productos industrializados los que mantienen la demanda por servicios logísticos.
Agrega que esto se ha conseguido a pesar de que el contexto no ha sido el mejor para continuar con las operaciones, no solo por las situaciones generadas por las condiciones climáticas, sino también por los problemas generados en algunos pasos fronterizos con el Brasil, país que ha adquirido un gran volumen de productos o que ha posibilitado el envío a otros mercados desde sus costas, a raíz de la situación de la hidrovía.
De modo a mejorar la logística nacional y devolver competitividad al sector es importante que se continúe trabajando en mejorar los tiempos para todas las operaciones de comercio exterior y evitar situaciones como las que suelen surgir en Ciudad del Este u otros pasos fronterizos donde todavía queda mucho trabajo por hacer para mejorar la situación, añade el documento institucional.
Por cuarto año industrias argentinas van a procesar más soja paraguaya que acá
La CAPPRO refiere que los constantes cambios en las reglas que han marcado la dinámica de los últimos años en la industria aceitera, sumados a los problemas logísticos y el retraso de la cosecha han llevado a que se esté cerrando otro año bastante magro para este importante sector de la economía (la actividad industrial más importante en términos de saldo de inversión extranjera directa), dejando pasar otro año para aumentar el aprovechamiento que se hace a nuestras materias primas agrícolas.
Está dinámica de malos años, a causa del deterioro de las condiciones de competitividad a nivel local, lleva a una dificultad para competir con las fábricas de otros países, que ofrecen incentivos para adquirir materias primas para agregarle valor en su territorio y aprovechar los beneficios que esta transformación conlleva. Mientras tanto, para los productos industrializados la mayoría de los países establecen trabas (arancelarias o para arancelarias); con lo que es clave que se puedan generar las condiciones para superar estas particularidades.
Todo lo anterior explica cómo se han procesado más toneladas de soja paraguaya en la Argentina que en las mismas industrias nacionales, destino al que, a octubre, ya enviamos más de 4,1 millones de toneladas de la principal oleaginosa del país, frente a los 2,7 millones de toneladas que hemos industrializado.
Considerando que será imposible alcanzar el nivel que ya se exportó al vecino país, el 2021 será ya el cuarto año consecutivo en que se procese más de nuestra materia prima en aquel territorio que en el nuestro; prácticamente desde la reapertura del régimen de admisión temporaria en aquel país, por los beneficios que este ofrece.
Para la CAPPRO, para superar estas limitaciones y apuntar realmente a que el país pueda aprovechar todo su potencial (de una cosecha potencial de más de 10 millones de toneladas se procesan apenas 3 millones al año aproximadamente) se debe apuntar a establecer políticas públicas de desarrollo industrial claras, que generen beneficios y que permitan a nuestra industria aceitera competir en igualdad de condiciones con las de otros países (que protegen sus mercados e incentivan el agregado de valor en su territorio).
Sólo de esta forma se podrán observar en el país mayores beneficios que la cadena de valor de las oleaginosas puede seguir generando, concluye el informativo agroindustrial.