Las autoridades de Brasil están cada vez más preocupadas por la prohibición china a la carne vacuna brasileña que ha durado más de un mes, lo que provoca una creciente consternación entre los funcionarios brasileños y sus grandes empresas productoras de carne.
Brasilia suspendió voluntariamente los envíos de la proteína a China -su mercado más grande- a principios de septiembre, luego de confirmar dos “atípicos” casos de la enfermedad de la vaca loca en dos frigoríficos.
La prohibición china a la carne vacuna brasileña ha durado más de un mes y que amenaza con diezmar las exportaciones por un valor de alrededor de US$ 4.000 millones por año.
Muchos esperaban que Beijing reanudara rápidamente las importaciones después de que no se detectaran más signos de la enfermedad en Brasil. Sin embargo, la suspensión ya se ha prolongado durante casi seis semanas, lo que provoca una creciente consternación entre los funcionarios brasileños y sus grandes empresas productoras de carne.
“Brasil fue totalmente transparente con las autoridades sanitarias chinas. Respondimos con prontitud a todos los pedidos de información que se nos hicieron. Además, solicitamos una reunión técnica, que aún no fue programada por las autoridades chinas, que afirman que están analizando la información que les enviamos”, dijo un funcionario del Ministerio de Agricultura de Brasil.
“No podemos establecer una fecha para la reanudación de las exportaciones de carne vacuna a China, ya que la decisión no depende de nosotros”, agregó.
Impacto. Entre enero y julio de este año, los envíos de Brasil a China alcanzaron las 490.000 toneladas y generaron ventas por u$s 2500 millones, un aumento del 8,6% y 13,8%, respectivamente, comparados con el mismo período del año pasado, según la Asociación Brasileña de la Industria Exportadora de Carne.
Un ejecutivo de una gran empresa empacadora de carne dijo que estaban “sorprendidos de que la suspensión haya durado tanto tiempo” y que esperan “una solución pronto, pero sin garantías”.
Irlanda también seguirá de cerca la situación, ya que China aún no ha levantado su prohibición sobre las importaciones de carne vacuna irlandesa tras un caso “atípico” de la enfermedad de la vaca loca el año pasado. Beijing también anunció una prohibición de la carne vacuna británica de menos de 30 meses a partir del 29 de septiembre después de que se descubrió un caso en Somerset el mes pasado.
La prohibición de China sobre la carne vacuna del Reino Unido es un golpe para los agricultores británicos, que esperaban reiniciar las exportaciones, dijo la Junta de Desarrollo de Agricultura y Horticultura, un organismo asesor agrícola del Reino Unido. China aún no había comenzado a comprar carne vacuna del Reino Unido a pesar de haber levantado su prohibición en 2018 y firmado un acuerdo de protocolo el año siguiente para reiniciar las importaciones.
Los casos se consideran “atípicos” porque “ocurren de manera espontánea y esporádica y no están relacionados con la ingestión de alimentos contaminados”, según el Ministerio de Agricultura de Brasil, que aseguró además que “no hubo riesgo para la salud humana y animal”.
Estrategia. En los últimos años, China mostró mayor sensibilidad a los problemas de seguridad alimentaria, particularmente en lo que respecta a las importaciones. El año pasado, suspendió las importaciones de varias plantas procesadoras de carne brasileñas ante el temor de que los brotes de Covid-19 en las instalaciones implicaran el riesgo de importar el virus al país.
Un consultor australiano dijo que China puede mantener la última prohibición sobre la carne brasileña mientras hace la vista gorda ante importaciones que llegan indirectamente a través de Vietnam y Hong Kong: “China necesita la carne, pero también necesita salvar la cara. El canal gris es una de las únicas opciones”.
Algunos analistas brasileños creen que la prohibición es una forma de que China obtenga una ventaja comercial.
“Este retraso en la reanudación puede ser una táctica de negociación destinada a mejorar los precios y ganar poder de negociación. Parece algo más comercial porque, en términos de salud, no hay nada que discutir”, sostuvo Hyberville Neto de Scot Consultoria, una consultora de la industria cárnica y ganadera.
Perspectiva. En China, los importadores dijeron que una suspensión a más largo plazo de la carne de res brasileña tendría un gran impacto dada la escala de los envíos, pero la mayoría espera que el comercio se reinicie en breve.
“La carne vacuna brasileña ocupa hasta un tercio de nuestro negocio. Lo estamos reemplazando con un aumento de importaciones de otros países del norte de Europa y Kazajstán”, dijo un gerente de Chengdu Haiyunda Trading Company, que detuvo la importación de carne vacuna brasileña desde la suspensión.
Chenjun Pan, experta en el sector agrícola de China en Rabobank, dijo que espera que los envíos se reanuden “dentro del año”.
“En este momento en China la oferta de carne de cerdo es muy suficiente, eso podría solucionar el problema. La carne de res no es la proteína animal básica, por lo que para el gobierno chino este no es el suministro estratégico de proteína animal”, apuntó.
El enfrentamiento también ha dejado en el limbo el destino de unas 100.000 toneladas de carne vacuna brasileña, con certificación sanitaria antes de la suspensión del comercio, pero enviada posteriormente. Beijing parece estar rechazando la entrada del producto.
“Tengo la impresión de que el producto en tránsito se retiene en los puertos de transbordo o está inactivo frente a China”, dijo un ejecutivo del sector de envasado de carne de Brasil. El consultor dijo que el envío probablemente pasaría por Vietnam o Hong Kong, pero que no podría ser redirigido a otra parte.
“La opción de regresar a Brasil no es viable ya que ese mercado está sobresaturado con carne bovina y no puede ir a los EE.UU. u otros mercados debido a especificaciones incorrectas, sin certificados de salud y etiquetado de China”, agregó.