De acuerdo al informativo mensual de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO), al cierre del primer cuatrimestre del año, la molienda total de oleaginosas ha alcanzado las 750.921 toneladas, dando una reducción del 24% si se compara con lo que se había obtenido al mismo mes del 2020.
Este valor también se encuentra por debajo del rendimiento medio para el periodo, considerando que el promedio para el primer cuatrimestre de los últimos tres años supera los 1,12 millones de toneladas.
Abril es el primer mes en el cual se consiguió un registro de molienda superior al que se había obtenido en el mismo periodo del año pasado, que colaboró a reducir la caída de este indicador. Sin embargo, las casi 335 mil toneladas industrializadas todavía se ubican por debajo de la media para abril en los últimos tres años.
Aún con la leve mejoría de este último mes, no se espera una recuperación muy significativa en el volumen de molienda en lo que queda del año, debido a las deterioradas condiciones de competitividad que afronta la industria a causa de los constantes cambios que sufre en las reglas.
Menor utilización. Con la molienda registrada hasta el mes de abril, la utilización ha alcanzado el 48% de la capacidad nominal disponible en las industrias procesadoras de oleaginosas.
El mencionado porcentaje representa una disminución de 15 puntos porcentuales si se compara con el mismo periodo del 2020. Este registro se mantiene como el peor que se ha obtenido en la industria desde el primer cuatrimestre del 2013.
El dato de abril colaboró para mejorar el aprovechamiento frente a meses anteriores, pero para revertir la tendencia negativa se necesita un aumento importante del procesamiento.
Una situación como esta se ve muy lejana, considerando la situación de la industria nacional, que debe competir en desventaja con las fábricas de otros países para hacerse de la materia prima que necesita.
Comercio exterior. El ingreso de divisas por las exportaciones de soja en estado natural y sus productos derivados al cuarto mes del año ha superado los US$ 1.256,95 millones, registrando un crecimiento del 26% en comparación al mes de abril del 2020. Este valor representa también el 39% del valor de todas las exportaciones del país.
Este aumento en los ingresos se debe exclusivamente a la mejoría de los precios internacionales tanto para granos como para productos industrializados, ya que en ambos segmentos se ha registrado una disminución del volumen enviado al extranjero.
De mantenerse los precios elevados que se han registrado hasta el momento, sería incluso más significativo el crecimiento de los ingresos generados por el complejo soja, ya que las estimaciones hablan de una mejoría importante en la cosecha que deberá traducirse en mayores volúmenes de salida en los próximos meses.
Durante el mes de abril se exportaron 962 mil toneladas de granos, aceite, harina y cascarilla de soja, lo que representa una mejoría del 13% con relación al mismo mes del año pasado, pero este valor no fue suficiente para revertir la caída del primer trimestre del 2021.
Los cerca de 2,85 millones de toneladas que exportó el complejo soja en el primer cuatrimestre implican una caída del 6,3% en comparación al mismo periodo del 2020 y el valor más bajo desde lo conseguido a abril del 2012.
Este registro tan bajo guarda relación con el retraso de la cosecha, por lo que la situación debería revertirse al menos para la exportación en estado natural, que gracias a los buenos registros de marzo y abril han conseguido revertir en buena medida la caída y debería ir mejorando considerando las estimaciones de producción.
En cuanto a la exportación de productos industrializados a partir de la soja se espera que la tendencia negativa, caída del 2% en comparación al primer cuatrimestre del año pasado, se acentúe conforme avanza el año y la molienda se mantenga por debajo de su potencial, como se viene dando en los últimos años.
El impacto general de ambos resultados esperados: caída en los productos industrializados y mejora en volumen de granos exportados, llevaría a un aumento de las toneladas exportadas que, de mantenerse los precios, generaría mejoras más significativas en ingreso de divisas.