Expectativa de comercialización del trigo, luego de una operatoria bursátil semanal que concluyó con ligeras subas para la soja y con bajas para el maíz y para el trigo.
Con fuertes ventas y toma de ganancias el miércoles, los fondos de inversión tuvieron mucho que ver en la debilidad relativa de las cotizaciones durante este segmento comercial que, además, sumó como condicionantes de la firmeza las mejores perspectivas productivas en Brasil, pero, fundamentalmente, en la Argentina, sobre todo luego del sorpresivo incremento de las previsiones de cosechas de soja y de maíz publicado el jueves por la Bolsa de Comercio de Rosario, informa Granar Research.
Para el trigo, la intención de los productores rusos de desprenderse del grano antes del progresivo incremento de los aranceles que entrarán en vigor el lunes volvió a resultar un fundamento bajista para las cotizaciones internacionales del grano fino.
En el nivel local argentino, hubo leves subas para los precios del trigo. Actualmente, los valores vigentes para el tiempo de la cosecha de granos gruesos siguen resultando positivos y continúan invitando al diseño de estrategias comerciales flexibles, con la chance de fijar pisos elevados para la producción esperada luego de las buenas lluvias de finales de enero y principios de febrero.
TRIGO
Los precios del trigo cerraron en baja por segunda semana consecutiva en los Estados Unidos. En efecto, las posiciones marzo y mayo en la Bolsa de Chicago perdieron un 0,70%, tras pasar de 235,62 a 233,97 y de 237,27 a 235,62 dólares por tonelada. En Kansas, los mismos contratos del cereal resignaron un 1,36 y un 1,19%, luego de variar de 229,74 a 226,62 y de 231,49 a 228,73 dólares por tonelada.
La inminente imposición de aranceles a las exportaciones en Rusia comenzó a repercutir sobre los precios propuestos por la exportación a los vendedores rusos, que se encuentran ante la amarga disyuntiva de convalidar estas primeras bajas y desprenderse de todo el grano 2020/2021 posible, con impuestos que desde el lunes serán de 25 euros por tonelada, o resignarse a aceptar quitas mayores desde marzo, cuando los aranceles suban hasta los 50 euros, o a ver pérdidas aún peores desde el inicio de la campaña 2021/2022, cuando entrará en vigor un impuesto flotante más oneroso.
Andrey Sizov, director de la consultora rusa SovEcon, explicó el jueves en la publicación VTimes que el arancel para la nueva campaña del trigo, que se inicia el 1º de julio, será del 70% de la diferencia entre el precio de exportación y 200 dólares. “Con el precio de exportación actual en la región, de 300 dólares por tonelada, el impuesto ascendería a 70 dólares por tonelada”. Y explicó: “Es importante agregar que estos derechos afectarán no solo a los productores cuyo grano se exporta. No hay precios separados para los mercados de exportación y nacionales; para los agricultores, en la mayoría de los casos los precios están determinados por la paridad de exportación, es decir, el nivel al que es posible exportar cereales de esta región. Por ejemplo, con un precio de exportación de 300 dólares por tonelada, el precio en el sur de Rusia fue de aproximadamente 270 dólares por tonelada y en la región de Chernozem –zona núcleo por productividad–, de 250 dólares, basado en costos logísticos de 30 y de 50 dólares por tonelada, respectivamente. Con una tarifa de 70 dólares, un agricultor de Kuban recibirá 200 dólares por tonelada y uno de Kursk, 180 dólares. No importa a quién venda su grano el agricultor, sea al exportador o al molinero”.
Está claro que si bien en el corto plazo estos aranceles resultan un factor bajista para los precios internacionales, dado el cuello de botella que podría darse en las próximas semanas con ventas masivas, para el mediano/largo plazo resultaría alcista, por la falta de estímulo que tendrá la siembra de trigo y el uso de tecnología para los cultivos. En rigor, la siembra de invierno ya está en la tierra, pero los primeros síntomas de siembras en retroceso podrían verse con las labores de primavera, en los próximos meses.
Situación. El reporte mensual del USDA, en las variables comerciales 2020/2021 en los Estados Unidos no introdujo cambios, por lo que mantuvo la previsión de existencias finales en 22,76 millones, frente a los 22,70 millones previstos por los privados.
Tampoco hubo cambios para Rusia, dado que la producción y las ventas externas fueron mantenidas en 85,30 y en 39 millones de toneladas.
Quizá, la novedad más relevante del espacio del trigo en el informe mensual del USDA haya sido la confirmación de China entre los importadores más importantes, dado que el organismo elevó de 9 a 10 millones de toneladas la previsión de sus compras en el actual ciclo, un volumen que supera los 5,38 millones comprados en la campaña anterior y que sube a China al podio de los importadores, sólo detrás de Egipto y de Indonesia. Además, el organismo redujo de 158,93 a 154,93 millones de toneladas las existencias finales chinas.
En el nivel mundial el USDA estimó las existencias finales de trigo en 304,22 millones de toneladas, bastante por debajo de los 313,19 millones del reporte anterior y de los 312,86 millones previstos por los privados. En ese recorte mucho tuvieron que ver las caídas proyectadas de los stocks de China, como se indicó en el párrafo anterior, y en la India, de 31,32 a 27,50 millones de toneladas. Pero pese a ese brusco recorte, la presente sería la segunda campaña consecutiva con existencias finales mundiales de trigo en alza. Desde los 283,16 millones de toneladas del ciclo 2018/2019 se pasó a 300,10 millones en 2019/2020, y, ahora, a 304,22 millones de toneladas.
Resultó constructivo para el mercado de trigo estadounidense el reporte semanal, dado que el jueves el USDA relevó ventas 2020/2021 por 591.000 toneladas, que si bien quedaron debajo de las 643.100 ton del reporte anterior, resultaron superiores al rango previsto por los operadores, que fue de 200.000 a 450.000 ton.