El 2020 terminó con el menor nivel de molienda desde el 2014, tanto de soja, como de otros granos, y con uno de los porcentajes de utilización más bajos en el mismo periodo, indica el informativo mensual de la CAPPRO.
En su boletín informativo mensual, la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO), refiere que la molienda total de oleaginosas en el año 2020 fue de 3.320.816,23 toneladas, una reducción de más de 100 mil toneladas con relación al año pasado y de 8% con relación al procesamiento promedio de los últimos tres años. Con este volumen total, el 2020 cierra como el de menor molienda desde los 3,23 millones del 2014.
En diciembre se observó un procesamiento por encima de lo que se había dado en el mismo periodo del año pasado, pero el crecimiento interanual de más de 50 mil toneladas no fue suficiente para contrarrestar el efecto de las caídas acumuladas hasta ese momento.
Si consideramos el procesamiento solamente de soja, se llegó a 3.290.659 toneladas, una caída de 7,9% en comparación al promedio de los últimos tres años.
De esta forma, se han cumplido las estimaciones que se manejaban a lo largo del año y el procesamiento terminó en uno de los niveles más bajos de los últimos años a causa de la incertidumbre que sigue viviendo la industria a causa de los cambios constantes de reglas que la afectan.
Utilización anual cae. La industrialización de soja durante el año 2020 significó una utilización del 78% de la capacidad instalada, una caída de 2 puntos porcentuales con relación al 2019 y el valor más bajo desde el 70% del 2014, año en el que la capacidad era superior a la actual.
Mientras tanto, el aprovechamiento de la capacidad nominal cierra en un 70%, también 2 puntos
porcentuales debajo del 2019. En ese sentido, cabe recordar que la capacidad nominal representa el máximo posible, es decir, una utilización de 365 días/año, mientras que la instalada se calcula con utilización de 330 días/año, lo cual refleja de mejor manera las paradas para mantenimiento.
No cabría esperar mejoras significativas en la utilización en los próximos años si no se mejoran las condiciones de competitividad del sector.
Divisas generadas. El año 2020 cerró con un crecimiento de casi US$ 600 millones en el ingreso de divisas por el complejo soja, con más de US$ 3.252,57 millones generados por las exportaciones de granos, aceite, harina y cascarilla de soja.
Este valor implica un crecimiento de 1,2% en comparación al promedio de las divisas generadas por estos productos en los últimos tres años, además de representar un 38% de todo lo generado por las exportaciones del país.
Esta mejoría se sustentó principalmente en el mayor volumen de granos en estado natural exportados y en la mejora en los precios de exportación de los productos industrializados.
Lo anterior permitió un crecimiento en divisas a pesar de la caída en el volumen que se exportó en el año.
Volumen exportado. El volumen de exportaciones de granos de soja y sus productos derivados se ubicó en torno a los 9,39 millones de toneladas, el mayor registro de este indicador hasta el momento y un crecimiento de 8,2% con relación al promedio de los últimos tres años.
Lo anterior se debe al incremento en la exportación de granos, que permitió incluso compensar la reducción en el flujo de productos industrializados exportados a causa de la menor molienda.
En el año 2020 se dio una situación llamativa en el flujo de salidas, ya que se registró un volumen similar de exportaciones del complejo soja en ambas mitades del año, cuando lo habitual suele
ser tener un flujo considerablemente mayor en el primer semestre.
Esta situación se explica en varios factores, como ser el retraso del inicio de la cosecha 2020, los ajustes en los procesos para salvaguardar la salud de los colaboradores durante la pandemia y, principalmente, la reducción del nivel de los ríos que afectó negativamente a la navegabilidad.
Las más de 413 mil toneladas exportadas en este diciembre representan el mayor registro para este mes en los últimos años, situación similar a la que se dio en varios otros meses del segundo semestre del 2020 y que fueron determinantes en la mejora de los indicadores que se obtuvieron para el cierre del año.