La roya asiática de la soja, causada por el hongo Phakopsora pachyrhizi, es una de las enfermedades de mayor importancia del cultivo de soja en la actualidad, por el gran potencial de pérdidas en la productividad.
La roya asiática fue relatada por primera vez en Japón en 1903. Posteriormente fue constatada en otros países de Asia y Australia en 1934 y en Hawai en 1994. En el continente africano, fue detectada a partir de 1996, llegando a Zambia y Zimbawe en 1998, a Nigeria en 1999, a Mozambique en 2000 y a Sudafrica en 2001.
En América del Sur, surgió en el año 2001, infectando campos de Paraguay, y en el año 2002 en Argentina. En noviembre de 2004, la roya asiática fue encontrada infectando campos de soja en Estados Unidos, el último gran productor de soja donde no se había detectado la enfermedad.
Impacto. Los efectos de esta enfermedad en el cultivo de soja pueden llegar al umbral de 15% a 80% de pérdida de productividad, dependiendo de la época en que la enfermedad afecta a la planta y qué tan rápido progresa.
La severidad de la enfermedad está en función de las variaciones en las condiciones del ambiente, de año a año, estación a estación y de local a local. La concentración inicial del inóculo no refleja directamente la severidad de la enfermedad.
Variedades más tolerantes sufren caídas de productividad menores que las variedades susceptibles, pero existe una tendencia de pérdida de tolerancia con el tiempo. Muchas de las variedades con techos productivos más altos en la actualidad son susceptibles, por lo que un manejo correcto de la enfermedad con programas de fungicidas adecuados se hace necesario.
El patógeno de la roya asiática encontró condiciones climáticas favorables de desarrollo en Paraguay y en toda América del Sur, lo que explica la rápida diseminación en la región y la permanencia del problema en buena parte de las regiones productoras de soja.
Estrategias de manejo. Algunas estrategias que ayudan a un mejor y mayor control de la roya asiática son:
El empleo de fungicidas: es una de las herramientas más utilizadas para el control del avance de la roya asiática de la soja. En este sentido, el uso de estrobirulinas, triazoles y su combinación ha mostrado buenos resultados en Paraguay. Por otro lado, el triadimefon y mancozeb han generado buenos controles en China.
La clave del éxito de los fungicidas reside en la aplicación con la presencia de las primeras pústulas, ya que con niveles de incidencia en un 40% el control se vuelve dificultoso.
La fecha de siembra: es una herramienta de manejo que el productor puede modificar para disminuir las probabilidades de ataques. Las siembras más tardías pueden verse más afectadas que las tempranas debido a la acumulación de inóculo y condiciones ambientales que predisponen el desarrollo de la enfermedad.
La utilización de genotipos resistentes: es una herramienta que puede contribuir al manejo de la enfermedad. Se han identificado algunos genes de resistencia pero por el momento no existen variedades inmunes.
En resumen, la roya asiática de la soja es una enfermedad que puede generar enormes pérdidas económicas cuando las infestaciones son severas. La clave de su manejo reside en la plena atención de las condiciones ambientales, el monitoreo adecuado de los lotes y el ataque temprano de la enfermedad.