Fue en agosto del año 2012, para el maíz, y en septiembre del mismo año, para la soja, que estos commodities alcanzaron en el plano internacional precios máximos históricos, en torno a los 335 dólares para el cereal y de 657 dólares por tonelada para la oleaginosa. Desde entonces han pasado siete años y medio y el precio internacional de estos commodities ha perdido poco más del 50% de su valor histórico.
Dicho de esta forma, podríamos mencionar los numerosos fundamentos bajistas que se han dado desde entonces a la fecha y fácilmente entenderíamos el porqué de la magnitud de esta baja en el precio internacional de los granos. Sin embargo, resulta importante advertir que la baja de precio tanto para el maíz como para la soja, no se ha dado en un proceso continuo asociado al cúmulo de fundamentos negativos, sino que la mayor pérdida de valor se dio en los primeros dos años, es decir hasta septiembre del año 2014 y desde entonces, el precio de estos commodities ingresaron en un proceso de comportamiento lateral, que se extiende hasta estas fechas.
Lo interesante de lo comentado, es que al repasar justamente estos fundamentos bajistas que explican el porqué de la baja sufrida por los granos en todo este período, veremos que hay muchos más fundamentos bajistas desde septiembre del año 2014 a la fecha, que en el primer período de baja iniciado en el año 2012. En efecto, observe la gráfica:
Tras la caída inicial de los precios en los primeros dos años, tanto para la soja como para el maíz y que llevaron a estos hacia niveles de 330 dólares por tonelada y 125 dólares, respectivamente, se han sucedido distintos detonantes que podrían suponerse muy bajistas para este mercado y podían haber profundizado el proceso de debilidad, sin embargo no fue así. Repasemos:
- Triple súper cosecha consecutiva en Estados Unidos y en Sudamérica, elevando fuertemente la existencia de oferta a nivel mundial.
- Aumento del 25% del valor dólar en el mundo frente a los principales cruces. Deteriorando el poder de compra de muchos mercados, principalmente de países emergentes, como China.
- Caída de entre el 50 y 70% del precio del petróleo a nivel internacional, alcanzando a comienzos del año 2016 su cotización más baja de 26 dólares por barril.
- Recorte de crecimiento de economías demandantes, como China.
- Guerra comercial entre Estados Unidos y China desde comienzos del año 2018.
- Fiebre Africana Porcina, contrayendo la demanda de estos productos y derivados a nivel internacional.
- Efecto Coronavirus, impactando fuertemente en las principales economías del mundo, generando una caída en las expectativas de crecimiento y desconociendo hasta el momento de cuáles serán los resultados reales de esta pandemia.
A modo de resumen, han sido estos de los principales detonantes, bajistas todos ellos, que se dieron tras los mínimos conseguidos durante la primera baja inicial del precio internacional de los granos en septiembre del año 2014, lo que podía hacernos suponer desde un punto de vista muy objetivo que la debilidad en el precio de estos commodities se acentuaría mucho más, sin embargo observamos que esto no ha sido así.
Por el lado del maíz, el precio cotiza actualmente en instancias de 148 dólares, un 18% por encima de los mínimos conseguidos en septiembre del año 2014. En tanto, que la soja cotiza actualmente al mismo valor de 330 dólares por tonelada, conseguidos también en dicha oportunidad.
Tendencia. Por lo mencionado, dado que en análisis técnico interpretamos las noticias a partir del accionar del mercado y no a la inversa, entendiendo que las noticias que se han sucedido en todos estos años no son ajenas al conocimiento por parte de los operadores y que a pesar de ello el precio de estos activos no han sufrido variación significativa, podríamos perfectamente suponer que los precios actuales ya absorben todo el negativismo que se presenta hoy en el mercado y que por ello no habría ya necesidades que puedan darse debilidades adicionales más allá de los valores mínimos conseguidos tanto para el maíz como para la soja, en todo este bear market de más de siete años.
Claro que no subestimamos la crisis actual que sufren las principales economías del mundo tras haberse desatado esta pandemia de Coronavirus, sin embargo hasta el momento los precios se mantienen relativamente estabilizados si los tomamos con referencia al accionar de los últimos años, por lo que podemos inferir que de estabilizarse o disminuir la propagación del virus, la tranquilidad podría retornar a los mercados y ello terminar siendo un reactivado en el precios y en la perspectiva de estos commodities.