De acuerdo al Informativo Mensual de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO), correspondiente a noviembre, hasta el décimo primer mes del año la molienda acumulada de oleaginosas llega a las 3.334.450 toneladas, una reducción de 6,8% si se compara con el promedio de los últimos 3 años para este periodo.
La molienda del mes de noviembre fue menor a lo conseguido en ese mes en años anteriores, por lo que se mantiene el 2019 como el de peor volumen conseguido desde el 2014.
La soja en particular es la que marca esta tendencia negativa, ya que representa el mayor porcentaje del total, debido a algunos problemas de calidad y la incertidumbre generada en el año en torno a la actividad. Los 3,28 millones de toneladas industrializadas representan una caída de alrededor de 280 mil toneladas en comparación a lo que se registraba a noviembre del 2018.
El procesamiento de los demás granos muestra un desempeño relativamente favorable, aunque bastante por debajo de las más de 100 mil toneladas que se procesaban en los primeros años de la década, para ubicarse en torno a las 50 mil.
Utilización a noviembre es de 77% La utilización de la capacidad nominal llegó hasta el 77% al cierre de noviembre, un punto porcentual por debajo de lo que se había registrado al cierre del pasado mes de octubre y seis puntos porcentuales menos que el mismo mes en el 2018.
Esto se debe a que la molienda del mes de octubre se redujo en más de 58 mil toneladas en comparación a la que se registró en 2018 y alcanzó su valor más bajo de los últimos tres años para este mes en particular.
En diciembre las fábricas ingresan al periodo donde normalmente realizan mantenimiento, con lo que la molienda se detendrá hasta el próximo año y la evaluación de utilización del año se hará tomando en cuenta esta situación.
Complejo sojero. Los ingresos del complejo soja alcanzaron los US$ 2.582,87 millones al cierre del décimo primer mes del año, una reducción de más de US$ 920 millones y el peor registro en este periodo del año desde el 2012.
Aunque la reducción de la producción no llegó a ser tan significativa como en aquel año, la caída de los precios internacionales explica la situación negativa que se refleja en la estadística.
Del total de ingresos generados por el complejo, el 40% corresponde a la exportación de harina, aceite y cascarilla de soja; segmento que consiguió una menor reducción gracias a que los volúmenes exportados sufrieron menor variación, situación que colaboró en la mitigación de los impactos negativos de la situación climática.
Reducción de las exportaciones. Hasta el cierre del mes de noviembre las exportaciones registradas de granos, aceite, harina y cascarilla de soja llegaron a 7,67 millones de toneladas; una reducción del 15% en comparación al acumulado al décimo primer mes de 2018; este valor acumulado representa el más bajo que se haya conseguido para este periodo desde el 2015.
Si se separa este valor entre las exportaciones de granos y las de productos industrializados, se puede observar que el primero es el más afectado, ya que la caída supera el millón de toneladas, un 19%; mientras que en los productos industrializados la caída no alcanzó el 10%.
Estos datos negativos, sumados a la reducción de los precios internacionales e intensificados por cuestiones internas como la incertidumbre generada por la posibilidad de cambios de regla para el sector y las dificultades de la logística fluvial por factores naturales, explican la situación compleja por la que se atraviesa.
Toda la cadena de valor de la soja se encuentra expectante de los resultados de la cosecha del próximo año que, de ser positiva, se espera permita la recuperación de la actividad económica para todos los eslabones, de modo a coadyuvar a la recuperación de la economía nacional.
